sábado, 25 de febrero de 2012

VICTORIANO SALDAÑA EL GRAN CAPITAN

En este primer artículo sobre el Ayamonte C.F. quiero hablar de mi amigo y capitán Victoriano Saldaña González, ayamontino como el primero y creo que es una de las personas que mejor ha defendido el rojo y negro del Ayamonte.

Aunque nos criamos en la misma zona, él, en la c/ Huelva frente a la casa de Don Celedonio y yo en la c/ Buenavista, entonces general Yagüe. En esos años que éramos unos niños, 6 años de diferencia, se notaban una barbaridad.

Cuando llegue al Ayamonte con 15 años, Vito era un joven veterano, que había jugado en la década anterior (final de los 60) en tercera, eso era en el vestuario el no va más, se duchaba con agua caliente, mientras que los que empezábamos lo hacíamos con agua fría, con eso lo quiero decir todo.

Pero ahí empezó una amistad que aún perdura, y más ahora con el problema de salud que está padeciendo desde hace casi dos años, que solo una persona como Victoriano Saldaña puede llevar con tanta dignidad y fortaleza, siendo un ejemplo a seguir en la adversidad. No hay que omitir a su esposa Amalia, que aguantar al Vito durante tantos años, tiene su mérito.

Me acerco siempre que puedo hasta San Silvestre a verle, y debería hacerlo más, porque para mí es una alegría ir a verlo y echar la tarde con el café que nos pone Amalia.

Vito es un gran amigo, y creo que él, también piensa lo mismo sobre mí.

Por eso quiero, que sea el primero en mis pensamientos, cuando recuerdo los más de 40 años que por lo menos llevo cerca del Ayamonte C.F., de una u otra forma.

Como amigo creo nos lo hemos demostrado, sin pedir nada a cambio, y como compañero y capitán, fue un ejemplo de entrega y pundonor, en defender los colores del Ayamonte, por eso pienso de la siguiente manera, de cómo fue el compartir con él ese vestuario.

Los cimientos de todo equipo es su capital humano. Cada integrante aporta a su dinámica interna sus cualidades, expectativas y su forma de encarar la vida.

Si bien la responsabilidad recae mayormente sobre quien lidera, la actitud de cada miembro es fundamental para realizar cualquier acción. Por ello todos debemos aprender a mejorar la relación con nuestros compañeros de equipo, para eso el Vito era el number one.

Así pues el liderazgo se basa en las relaciones, pero en las auténticas relaciones, que conllevan la empatía como su ingrediente fundamental. Ponerse en el lugar de los demás, comprenderlos y motivarlos, son características esenciales que todo líder debe fomentar y aplicar a diario. La comprensión pasa por entender el punto de vista de nuestro interlocutor, y saber (además de valorar) que lo que dice y cómo lo dice, se basa en sus experiencias y su forma de ver la vida. Y por qué no, en sus prejuicios. El líder, por ello, no impone; convence. No ordena; dialoga. No confronta; busca la cooperación. Para ello, debe escuchar mucho más que hablar y actuar con generosidad para cosechar de los demás en idéntica moneda. Todas esas cualidades tenía como capitán, el ejemplo a seguir.

Casi siempre es más provechoso actuar como grupo que individualmente, particularmente en circunstancias difíciles, pero hace falta saber organizar y dirigir estos esfuerzos para que lleguen a alguna parte, esa era su aportación, el grupo ante que el lucimiento personal.

Quiero que recuerde la anécdota de cuando pase a ser el entrenador de los que formaban el grupo de la provincia de Huelva, lo que me realizó en mi ropa en el vestuario, mientras yo entrenaba a los porteros, con el lápiz termosal, todavía estoy corriendo gracioso.

No quiero extenderme más, porque este tío es capaz de ponerse a llorar, si, si a llorar porque es más sentimental que la novela de ama Rosa.

Va por ti Vito, mucho animo y fuerza.